Polònia és un dels països on l’Obra ha crecut més depressa. Fa uns anys, en Ricard Estarriol, veterà corresponsal de La Vanguardia als pïsos de l’Est, va escriure un article a la Gazeta Wyborcza, arran d’un article de Newsweek sobre la presència al govern del país de gent de l’Opus Dei.
Ricard Estarriol
És un text interessant, que podeu llegir en una traducció castellana que fa paüra aquí. El que trobo novedós és l’explicació conjunta de l’essència de l’Opus Dei -el seu esperit- i la realitat socio-històrica de com s’ha anat concretant a Polònia. Alhora, Estarriol fa una repassada sense pèls a la llengua d’algunes actituds poloneses que contribueixen a crear una imatge concreta de l’Opus Dei: clericalisme, ganes de fer carrera, desviació del sentit de l’amistat…
Com a la Polònia televisiva, hi ha paral·lelismes entre el que passa allà i el que passa aqui.
Un análisis del “caso polaco” que me ocupa me ha convencido de que antes de exponer el resultado es necesario destacar por lo menos tres características fundamentales del Opus Dei: el papel de los laicos en la Iglesia, el papel del trabajo personal ordinario como medio de santificación y de apostolado y la complementariedad de la estructura del Opus Dei con las estructuras de las iglesias locales. Sin tener en cuenta estos aspectos, es muy difícil responder a la pregunta que me he planteado al empezar este artículo.
Hi ha percepcions que es generalitzen i un no sap ni per quins procediments mentals de la gent.
Lo que podríamos llamar la primera generación del Opus Dei en Polonia es gente que tenía entre veinte y treinta años en la década de los noventa. Y los nuevos son todavía mucho más jóvenes, gente todavía no del todo madura que muchas veces interpreta como una actividad del Opus Dei algo que no tiene nada que ver con la Obra. He podido, por ejemplo, localizar uno de esos grupos que se llama Koliber (conservador-liberal) y que simpatiza con el partido UPR. Uno de los interlocutores me dijo, ante mi sorpresa, que Koliber era un movimiento juvenil del Opus Dei. Le pedí a Erhard Gasda que me lo explicara. El portavoz del Opus Dei en Polonia desmintió que Koliber tuviera algo que ver con el Opus Dei. Finalmente me enteré de que el joven organizador de aquel grupo había asistido a varios cursos de retiro del Opus Dei.
Polònia a TV3
I explica que la mateixa labor apostòlica es pot viciar, en certa manera:
Otra cuestión que me ha llamado la atención son las complicaciones que han surgido en Polonia a causa de lo que Escrivá llamaba “apostolado de la amistad y confidencia”. Yo no supe que esta frase podía ser tan peligrosa hasta que analicé el “caso polaco”. Esta frase significa, en el sentido original del autor, que sólo a través de la amistad (entendida como una forma de amor al prójimo) es posible llevar eficazmente el mensaje de Cristo al corazón de otra persona. Pero en Polonia mucha gente tiende a mezclarlo todo: la amistad (instrumentalizándola), los negocios (desvirtuándolos) y la política (abusando de ella). Yo diría que en el perfil social del apostolado del Opus Dei hay hoy día demasiados periodistas, demasiados economistas y demasiados abogados. El resultado has sido que algunos bufetes donde trabaja algún fiel de la prelatura son identificados, por gente con mentalidad clerical, como bufetes del Opus Dei.
Més endavant, explica per què hi ha un determinat perfil que predomina en la labor de l’Opus Dei (en part totalment casual):
El Opus Dei se desarrolló al principio sobre todo en Varsovia. La gente que entró en contacto con la Obra en los años noventa eran estudiantes (especialmente estudiantes de derecho y de la escuela superior de economía) y jóvenes que descubrieron en el Opus Dei una posibilidad de unir lo profesional (la magnífica carrera que todo polaco medio espera obsesivamente hacer algún día) con la religiosidad que habían recibido en sus casas. Muchos eran muchachos y muchachas que habían venido a hacer sus estudios universitarios en Varsovia. Esta situación es un desafío para la Iglesia en Polonia, que debería dejar claro que la gente no debe aprovecharse de la Iglesia para sus fines personales. Es un problema que tienen todas las instituciones de laicos. El Opus Dei no tiene tampoco una vacuna infalible contra ciertos fenómenos de este tipo, contra el carrierismo más o menos consciente. Al reflexionar sobre esto recordé un strip en el que se veía a una muy gorda nodriza dando la teta a un niño escuchimizado, mientras un borracho asombrado preguntaba: “el niño, ¿sopla o chupa?”.
(…) La imagen del Opus Dei en Polonia es incompleta. El Opus Dei es para todos – me dicen mis amigos [del vicariat regional]— y no sólo para los que hacen o quieren hacer carrera en Varsovia, ni para los que hablan inglés, ni para los que obsesivamente piensan en su CV, ni para los que tienen palmtop. La madurez de la acción apostólica requiere que en todas las actividades honestas haya personas informadas por la enseñaza de Escrivá. Ks. Prälat Piotr Prieto, el vicario regional en Polonia me dice al respeto: “quince años de trabajo son muy poco. Aún nos queda mucho trabajo por delante en todos los sectores. Hemos de llegar con el espíritu del Opus Dei a los campesinos, a los pequeños comerciantes, a los jubilados, a los mineros, a los handicapados, a los enfermos, a los emigrantes, en una palabra a todos los que pueden y quieren encontrar a Cristo en su quehacer ordinario en medio del mundo”.
Estarriol critica també la mentalitat de partit únic que alguns catòlics veuen com l’únic camí per fer front a una societat secularitzada:
Tengo la impresión de que, leyendo o escuchando al Papa Benedicto XVI, cuando se refiere a las cuestiones de la moral cristiana más importantes para los laicos católicos (el matrimonio, la defensa de la vida y la manipulación genética), muchos católicos de Polonia sienten la necesidad de luchar contra el secularismo y de formar “un cuerpo de defensa”, de encontrar un partido que les articule en la sociedad. Por decirlo de forma sencilla, muchos piensan que el Papa les pide que estén con Radio Maria y que voten al PiS. Piensan que se les pide que opten por un radicalismo de la derecha, porque se tiende a pensar que hay que defender la moral con leyes y coacción. Desde la transición hasta el presente, en la política polaca han valido dos leyes: la alternancia política de la izquierda a la derecha (que en el caso polaco es un evidente símbolo de inestabilidad estructural) y el crecimiento del abstencionismo político (consecuencia de la ineficaz alternancia). El clásico auditorio de Radio Maria no sintoniza lógicamente con el Opus Dei y vota al PiS, un partido que no estaba preparado para asumir el poder. En esta situación ha habido muchos casos de católicos (dentro y fuera del Opus Dei) que han pensado que debían seguir las recomendaciones de la Santa Sede y de los obispos polacos y que para ello era necesario asumir unos papeles y unas responsabilidades políticas que, en condiciones normales, nunca hubieran asumido. Pienso que esto ha sido una de las causas del amateurismo que parecen mostrar algunos políticos.
El que comenta la gent